Islas canarias
La Sierra de Guadarrama es increíble, con paisajes de montaña y fauna alucinante que es capaz de seguir con su rutina a pesar de la cercanía a Madrid con sus seis millones de almas. Pero a veces es bueno oxigenar y contemplar otros paisajes, otra cultura, otra biodiversidad. Por eso esta entrada al blog no corresponde con el Sistema Central, sino con uno de los ecosistemas que me conquistó -lo reconozco- hace ya algunos años cuando lo visité por primera vez.
A algo más de 2.000 km de casa, surge de las aguas del océano Atlántico el archipiélago macaronésico de las Islas Canarias. Con origen volcánico y azotado por los vientos alisios han dado lugar a uno de los ecosistemas más alucinantes, con variedades botánicas, zoológicas, geológicas y climatológicas que condicionan la biodiversidad de las islas.
Supongo que es ese exotismo lo que hace que sea tan atractivo. Lo mismo te encuentras coladas de lava volcánica en las que parece que estés pisando terrenos de Marte, que desiertos estériles y yermos, que densos bosques de laurisilva más cercanos a selvas tropicales de Costa Rica, Borneo o Madagascar.

No son ni mucho menos representantes de todo cuanto he podido ver, pero si una parte que deja abierta la puerta a la imaginación de aquellos que todavía no las conocen y están pensando en dar el salto. Espero que os gusten tanto como me gustaron a mí en el momento en el que fueron tomadas.
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